La generación de superficies funcionales de planos paralelos en piezas de trabajo se lleva a cabo de la manera más eficiente mediante el rectificado plano de doble lado. Es decir que dos superficies paralelas mutuamente opuestas son mecanizadas simultáneamente por dos muelas abrasivas dispuestas en forma de juego. Ejemplos típicos son los anillos de rodamiento, anillos de pistón, arandelas de ajuste, arandelas de obturación, placas distanciadoras, bielas, así como las cuchillas y placas de corte.
Tanto el transporte como también la guía de las piezas de trabajo a través de la ranura de rectificación se lleva a cabo bien sea a través de los discos perforados en rotación o, en raras ocasiones también por medio de guías lineales. Dependiendo de la constitución del componente, la dirección de giro de las muelas abrasivas puede ser en el mismo sentido o en sentido contrario. Si el giro (de las muelas abrasivas) es en sentido contrario, el disco transportador tendrá que aplicar menos fuerza y por consiguiente su desgaste será más lento; no obstante, con piezas de trabajo de mayor altura se producirá un momento de vuelco que ejerce una influencia negativa sobre la geometría de las piezas.
Un reto particular en el rectificado plano de doble lado es el hecho de prevenir los daños superficiales térmicos (sobrecalentamiento de amolado), debido que a través de la ranura de rectificación, que normalmente suele ser muy estrecha, no siempre es posible transportar una cantidad suficiente de lubricante refrigerante a la zona de rectificado. Por esta razón se utilizan mayoritariamente muelas abrasivas aglomeradas en resina sintética con tamaños de grano de 36 a 220 y durezas extremadamente suaves de D a H.
Una durabilidad más prolongada en condiciones de carga intensa
En algunos casos especiales se utilizan de preferencia muelas abrasivas en aglomerado cerámico, ya que las mismas presentan una conservación del perfil considerablemente mayor y por ende también ofrecen una durabilidad más prolongada en condiciones de carga intensa.